ACTIVIDAD FÍSICA
El ejercicio físico no estresante ha demostrado grandes beneficios para la salud en general y en procesos y tratamientos oncológicos en particular. Disminuye casi un 12% la probabilidad de padecer cáncer de mama, contribuyendo de forma muy positiva a la supervivencia de las personas que han superado un cáncer.
El ejercicio provoca la producción de sustancias químicas en el organismo, como son las “endorfinas”, que no solo producen sensación de bienestar, sino que, además, producen un efecto cascada sobre el sistema inmunitario tanto por las propias endorfinas como por el efecto “desestresante” sobre nuestro cerebro y nuestras emociones.
¿SIRVE CUALQUIER EJERCICIO?
En este sentido hay que distinguir entre:
- Condición física:capacidad que tiene la persona para realizar esfuerzo físico o soportar una sobrecarga.Se compone de la resistencia del corazón y los pulmones, la fuerza de los músculos, la flexibilidad de las articulaciones y la composición del cuerpo.
- Actividad física: cualquier movimiento corporal producido por los músculos que exija gasto de energía.
- Ejercicio físico: el ejercicio físico es una actividad física planeada y estructurada, generalmente de carácter repetitivo, que se realiza con el objetivo de mejorar la condición fisiológica, potenciando algunas habilidades específicas, como la fuerza, resistencia, velocidad o flexibilidad.
EJERCICIO E INMUNIDAD
El ejercicio físico adecuado hecho con moderación y con frecuencia es imprescindible para mantener un adecuado estado inmune.
- Disminuir el sobrepeso/obesidad: que aumentan la probabilidad de padecer cáncer de mama. Además, con los tratamientos se produce una transformación de los tejidos musculares por grasa que hay que intentar revertir.
- Aumentar el volumen muscular: el sistema muscular es el órgano antinflamatorio del cuerpo imprescindible para disminuir los estados proinflamatorios que favorecen el crecimiento tumoral.
- Disminuir la osteopenia/osteoprosis: secundaria a los tratamientos y la menopausia.
- Aumenta la velocidad de regeneración celular ayudando a la recuperación tras los diferentes tratamientos.
- Mejorar la capacidad aeróbica: para mejorar el cansancio y la falta de energía.
- El ejercicio provoca la producción de sustancias químicas en el organismo, como son las “endorfinas”, que no solo producen sensación de bienestar, sino que, además, producen un efecto cascada sobre el sistema inmunitario tanto por las propias endorfinas como por el efecto “desestresante” sobre nuestro cerebro y nuestras emociones.
Por todo ello, el ejercicio tiene que ser un conjunto de actividades dirigidas por un profesional que cumpla los requisitos en forma, tiempo y frecuencia suficientes para ser efectivos. Para ello, una valoración inicial del estado físico con el que se parte se hace imprescindible.